LA ESCALERA
Oigo mis pasos subir la escalera
yendo hacia los pies que me han antecedido
y apenas por delante de otros pasos
que podrán alcanzarme tan pronto me detenga.
Oigo mis pasos atrás y hacia adelante:
son los mismos que en este momento
hacen mis pies al bajar la escalera.
Un instante de dudas me aglutina
(me he detenido).
Un instante en ideas recobra el ruido
(voy avanzando),
y estoy adelante y atrás y en este sitio,
un duro escalón que a voluntad
puede ser cualquiera.
Puedo estirar un pie y observarlo de frente,
también puedo dejarlo donde está
y entonces verlo ante mí
con el iris adusto de la mente.
Estoy donde quiero y puedo estar,
tengo el control,
sea antes o después o ahora mismo.
Oigo mis pasos pero no son mis pasos:
son el eco de tiempos y el nudo de lugares
que van construyendo
y destruyendo
una escalera.
*
<< Home