PERDIDO
Cuando veo alrededor y estoy perdido
no lo estoy para siempre, no, amor mío.
A mi clamor de extraviado tu respuesta
llega de cada dirección del planeta.
Cuando estoy triste, confusamente triste,
el mantra de tu estro llega a nutrirme
y recobro la cazuela y el aliento
para vivir esta vida mientras muero.
Cuando veo alrededor y estoy perdido
no lo estoy tanto, no, lejano amor mío.
Tu cuerpo de delfín es siempre el mapa
que me lleva de la mano hasta mi casa.
Tu doble rostro de diosa y de mujer
es un faro encendido al anochecer.
Cuando estoy solo, dolientemente solo,
la compañía del amor lo llena todo
y hace el milagro de volverme al mundo
y olvidar los estragos donde sufro.
Cuando miro alrededor y estoy ausente
nunca lo estoy tanto, no completamente,
pues sabemos que mis casos de ausencia
son una visita a tu malva existencia
en el trigo automotriz del pensamiento
que conduce el astrolabio de tu cuerpo,
y que muero de anemia por falta de sal
si pierdo el numen de tu carnalidad.
Cuando veo alrededor y estoy perdido,
imploro a Dios que me encuentres, amor mío.
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