LLUEVE
Un ónix con hervor nada en el aire.
Un lirio de picada y zigzagueante.
La clara gravedad vuela los vidrios
de los árboles a los edificios.
Por la tarde la noche se revienta
pensativa y flexible y algo aérea.
Caen los huesos, los dientes de las nubes
bajan y hielan ligeros y de bruces
y la noche se enciende de luciérnagas,
y la noche se anida entre sus velas,
mojada de agua libre a pulso vivo,
la noche en su silencio interrumpido,
la noche en el derrumbe de la lluvia,
la noche en su cadáver de laguna.
*
0 Comments:
Post a Comment
<< Home