EL BALCÓN
(Fragmento final del poema Oídos con el alma... de Octavio Paz, del libro Pasado en claro, escrito en 1974 en México y Cambridge, Mass.)
Desde el balcón de la calle Nattier
miro hacia el Sur las frondas de los fresnos
y la araucaria que plantó el abuelo
para tener en su jardín un pez.
Son los árboles altos que releo
en los poemas de Octavio, esa su sed
insaciable de estar en el no ser
de ser un árbol, lógico y eterno.
Ya los fresnos entierran sus raíces.
La araucaria ya anuda sus espinas.
En mi balcón ventea un árbol libre.
Ya la ciudad descansa en su buhardilla.
Y en el balcón el árbol nos percibe
con los ojos de Paz en esta vida.
*
(Este poema fue construido a partir de los siguientes hechos: don Ireneo Paz, abuelo de Octavio Paz, plantó en su casona fresnos y una araucaria de la especie bidwillii, a finales del siglo XIX, en el barrio de San Juan Mixcoac de la Ciudad de México; el poeta siempre recordó esos árboles con nostalgia, y tal vez por eso mismo las palabras que más utiliza en sus poemas son herbáceas y arbóreas; tengo el privilegio de que el balcón es actualmente mío, y de que los fresnos y la araucaria aún existen. La casona es un convento de monjas, frente a la placita Valentín Gómez Farías y la iglesia de San Juan de Guadalupe edificada en el siglo XVI, justo atrás del bellísimo Parque Hundido. En cuanto a su forma, se trata de un soneto endecasílabo con rima asonante, encadenamiento tradicional, con ritmo: dactílico en verso 1°; sáfico en versos 2°, 3°, 4°, 8°, 11°, 12° y 13°; melódico en versos 5°, 6°, 7°, 9°, 10° y 14°)
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