MARILYN MONROE
Cuando era niño, lo recuerdo,
no me gustaba del todo
esa sonrisa con huellas de mujer.
Me parecía una mamá
ocupando el tiovivo de la fiesta.
Pero apenas unos años después
mis remilgos se fueron por la borda,
y esa sonrisa rubia,
hija del rojo y de las uvas
y de un saxofón tocado desde el cielo,
tuvo su fiesta en mí.
Ahora, que me sobran unos años
de los que entonces llevaba
la fiesta de manzanas
de aquella mamá,
he comprendido a plenitud
y sin reservas
que esta vida,
tal como la percibo,
así como tanto la disfruto,
no sería igual sin esa fiesta
donde un ángel sonríe
y baila el mundo.
*
1 Comments:
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