LA VIDA
En la cima del fiel Pabelloncito
un árbol sabio enraiza en el comienzo
y una cruz se despliega hacia el final,
un doble abismo
de tierra endurecida y blando cielo,
un antes de nacer, un después de la muerte
fatales y precisos
y en el medio brillante de los dos
este milagro,
un instante fugaz que se ha encendido
en donde sudo y pienso y puedo ver
los cerros de Altamira y de San Juan
entre el antes y el después del infinito.
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